martes, 10 de septiembre de 2019

VIRTUDES TEOLOGALES


Antes de entrar de lleno en el tema, objeto de la presente plancha, es preciso definir, etimológicamente, las dos palabras que conforman el título de la misma, es decir: “virtud” y “teologal”.

Entre otras cosas la palabra virtud nos habla de: Integridad de ánimo y bondad de vida, de la disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza, de la acción virtuosa o del recto modo de actuar.

En consecuencia podemos definir la Virtud como la propensión y/o disposición en el ser humano que le induce de manera fluida y expedita a conocer y hacer el bien.

Cuando se es virtuoso no se actúa al azar, el hombre virtuoso es fiel a su camino, lo transita por amor, no por miedo o resignación insistiendo en crear las circunstancias que sean propicias a la virtud. La virtud tiene que ser habitual, y no un acto esporádico, aislado.

Por otra parte tenemos que “teologal” es Perteneciente o relativo a la “teología” siendo esta la Ciencia que trata de Dios y de sus atributos y perfecciones, pero es necesario ser más preciso, por lo que, abundando, hablamos de: “Teología ascética”, la cual es la parte de la teología dogmática y moral que se refiere al ejercicio de las virtudes.

Al hablar de “Virtudes Teologales” nos estamos refiriendo a la “Fe”, a la “Esperanza” y a la “Caridad”, cuyo objeto directo es Dios.

Además de lo expuesto en los párrafos anteriores es obligatorio señalar que las “Virtudes Teologales” son producto del “Concilio de Trento”, en particular de la sesión celebrada el 13 de enero de 1547 en la cual se reafirmó el valor de la fe junto al de las buenas obras. El “Concilio de Trento” fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica desarrollado en periodos discontinuos durante veinticinco sesiones entre los años 1545 y 1563.

Un concilio ecuménico es una asamblea celebrada por la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas con carácter general, a la que son convocados todos los obispos para reconocer la verdad en materia de doctrina o de práctica y proclamarla. El término “concilio” proviene del latín “concilium”, que significa "asamblea", en tanto que “Ecuménico”, proviene del latín “oecumenicum” y significa (mundo) habitado.

Por todo lo antes expuesto concluimos que las “Virtudes Teologales”, según el catecismo de la Iglesia católica, son específicas de la moral cristiana y ellas son las rectoras del obrar moral del cristiano, las mismas son infundidas por Dios en el alma de los fieles para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y merecer la vida eterna.

Pero La existencia de la fe, de la Esperanza y de la Caridad es tan antigua como el hombre mismo, tal vez no se conocían como virtudes y menos aún como virtudes teologales.

La Masonería tiene como base fundamental la razón, lo que la convierte en una escuela racionalista de formación moral e intelectual, y al planteamiento religioso de fe, esperanza y caridad, la Masonería propone caridad, esperanza y fe.

La teología dice: “Fe, esperanza y caridad”; la Masonería dice: “Caridad, esperanza y fe” y es en ese orden que vamos a presentarlas.

CARIDAD



La primera virtud, la básica,  que debe tener como paradigma todo masón, es la Caridad.

La Esperanza de mejorar la condición de aquello que amamos, es consecuencia inmediata de la Caridad, por lo que la Caridad y la Esperanza reunidas, son las que deben inspirarnos la Fe y confianza necesaria para proseguir la obra que la Masonería tiene emprendida para el bienestar de la humanidad.

La palabra Cáritas es un término que procede del latín Charitas (Caridad) y que significa amor.

En su primera carta San Juan expresa “Deus Caritas est” (Dios es Amor).

1ª de Juan 4:8
4:8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 

La caridad es paciente, es amable; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba nunca”.

Así considerada, la Caridad es la más importante de las virtudes y ocupa en la masonería el lugar más alto.

Para el masón la caridad no es, tal como la entienden las religiones, la limosna, que alivia el hoy, desatendiendo la incertidumbre del día siguiente.

Para el sincero iniciado en el Arte Real la caridad es la formación que desarrolla la enseñanza haciendo mejor al hombre formándolo para el trabajo dignificante.

FE



San Agustín dice: “Creo para comprender”.  Abelardo, dice: “Comprendo para creer”.

La Fe, según los teólogos, es la virtud de creer firmemente las cosas que no siempre están de conformidad con la Naturaleza ni con la razón, ignoran sin duda, dice Ragon, que creer es lo contrarío de saber, y que el hombre crédulo no es por lo regular más que un desgraciado que depende de cualquiera que no tenga piedad de un ser indefenso.

La Fe es el acto de creer lo que debe provenir de la persuasión del ánimo y de la conciencia.

En materia de dogmas, tiene más mérito el que quiere creer, que el que cree.

La incredulidad de Santo Tomás, de que habla la Escritura, es seguramente una metáfora para advertir que, lejos de ser la Fe ciega, la verdadera Fe, la Fe que salva, o lo que es lo mismo, que conduce a la verdad, debe ir ilustrada por la sana razón, y apoyada en la completa convicción de la conciencia.

Necesitamos de la fe, pero no de la fe ciega e irreflexiva que se impone sobre la razón, sino de la fe en nosotros mismos, para servir al proyecto del gran arquitecto del universo.

 “La fe es la virtud que se alimenta de sí misma, porque los logros del conocimiento verdadero son fuente y causa de otros, y porque una vez logrados, siguen allí, fecundando al alma, y no se pierden jamás". (Platón)

ESPERANZA



Antigua divinidad que, según la fábula, se quedó sola en el fondo de la caja de Pandora, se la suponía hermana del Sol y de la Muerte, porque el primero alivia y consuela las penas, y la segunda les pone término.

Se representa la Esperanza  bajo la figura de una hermosa joven coronada de flores, teniendo un ramo de ellas en la mano.

"La Esperanza, según los teólogos, es una virtud que hace esperar el paraíso."

La naturaleza ha hecho de ella un sentimiento; la mitología, una divinidad; y la religión, una virtud.

La Esperanza es uno de los tres pilares sobre los que descansa la Orden, es la seguridad y confianza en que ha de prevalecer la verdad contra el error, la justicia contra la iniquidad, el bien contra el mal, el amor contra el odio y la felicidad contra la tribulación.

En palabras del profesor Jorge Sanguinetti, la Esperanza no podría ser otra cosa que "la risa feliz del caminante, es la tranquilidad de la conversación amena tras la fatiga del esfuerzo prolongado, es el tiempo necesario de espera, es el fin de la culpa de no estar haciendo nada, es una madre protectora, es el presentimiento del bien, es el empuje en los últimos peldaños, es un firme peldaño de la Escalera, es la Esperanza".
Freddy del Moral P.
M.º.M.º. P.º.M.º.
Hijo de la Resp.º. Log.º. Sol de Aragua Nº 96 O.º. de Maracay Edo. Aragua - Venezuela.
Ex V.º.M.º. de la Resp.º. Log.º. Guacara Nº 190 O.º. de Guacara Edo. Carabobo – Venezuela.


1 comentario:

  1. R.·.H.·. Freddy del Moral , soy el R.·.H.·. Víctor Choque Martínez Past Master de la Respetable Logia Simbólica Armonía y Fraternidad Nº 169 del valle de Lima, Oriente de Perú, excelente vuestro trazado sobre Las Virtudes teologales,sin embargo tengo una duda, Mackey coloca las Virtudes Teologales en el siguiente Orden: Fe,Esperanza y caridad.¿Por que vos las coloca en el orden inverso?por favor ilustreme en que texto de la Francmasonería esta ese Orden. Fraternalmente V.·.A.·.H.·. R.·.H.·. Víctor Choque Martínez M.·.M.·.

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